El miedo a hablar en público puede ser, en muchas ocasiones, incapacitante. En otras palabras, puede afectarnos en nuestro día a día interfiriendo en las actividades de la vida cotidiana y limitándonos. Este fenómeno también puede ser conocido como glosofobia. Por ello, en el post de hoy hablaremos sobre qué es el miedo a hablar en público, cuando se puede considerar un problema, cuáles son sus síntomas y qué podemos hacer para gestionarlo.
El miedo a hablar en público es una forma de ansiedad frecuente. Puede variar desde un nerviosismo leve a un miedo paralizante y pánico. Muchas personas con este miedo evitan las situaciones en las que tienen que hablar en público por completo o sufren en su transcurso, con las manos y la voz temblorosas.
Se estima que más de un 75% de la población sufre ansiedad o nerviosismo al enfrentarse a estas situaciones. Este miedo se le conoce como glosofobia, que es el término para referirse a personas que padecen ansiedad o se bloquean al tener que exponerse a hablar en público. Sin embargo, ser un buen comunicador es una de las habilidades más demandadas en el entorno laboral.
Síntomas y reacciones
La persona afectada puede padecer síntomas físicos tales como: sudoración, temblor, visión borrosa, mareos, taquicardia, respiración y voz entrecortada, tensión muscular, sensación de ahogo y enrojecimiento facial.
A nivel psicológico también se observan cambios como dispersión de la atención, confusión, aparición de pensamientos negativos desadaptativos y dificultades en la concentración.
A nivel conductual la persona también cambia su comportamiento poniendo en marcha conductas como: torpeza, utilizar un volumen de voz bajo, hablar excesivamente rápido, tartamudear, quedarse en silencio, ganas de huir y activación motriz excesiva, entre otras.
4 técnicas para vencer el miedo a hablar en público
- Practicar
La práctica es la base del éxito en oratoria y es la clave para perder la vergüenza. Todos hablamos en público diariamente sin darnos cuenta y una reunión familiar o de amigos puede convertirse en la oportunidad ideal para practicar. Así iremos perdiendo ese miedo y vergüenza dentro de entornos más cómodos y conocidos, haciendo más fácil enfrentarse a esta situación en futuras ocasiones.
- Respirar y relajarse
Hacer ejercicios de respiración será de gran ayuda para mantener el control del cuerpo y la mente cuando se empieza una intervención en público. En este sentido, los ejercicios de meditación también pueden ser parte de la rutina diaria para aliviar la ansiedad.
- Cuidar el lenguaje corporal
Adoptar una postura correcta que dé confianza al hablar hará una gran diferencia al expresarse en público. Por ejemplo, relajar los hombros, desplazarse por la tarima o cerca del público dará una mayor sensación de seguridad a quien habla. Sonreír, también te dará más confianza y hará que te rejales en ciertos momentos de tu intervención.
- Empatizar con la audiencia
En general, cuando hablamos en público es porque tenemos algo que aportar a la audiencia, por lo tanto, debemos entender que estamos ahí para ayudarlos. Por ello, antes de dar nuestro discurso es recomendable conversar con algunos de los asistentes, escuchar lo que les preocupa y observar sus interacciones. Con ello, eliminaremos el temor a contar algo que no sea relevante o perder su interés.
El miedo a hablar en público no es permanente, sino algo que podemos aprender a controlar. Nuestra mente tiene el poder de aumentar o superar los temores, y la decisión de dejarse dominar por ellos o dominarlos está en cada persona.
Si no puedes superar el miedo con la práctica, considera buscar ayuda profesional. La terapia cognitiva conductual es un enfoque basado en las habilidades que puede ser un tratamiento eficaz para reducir el miedo a hablar en público.