Para algunos padres no hay duda, los Reyes Magos forman parte de la magia de la Navidad y de la infancia, por lo que hay que hacer el máximo por conservar esta tradición. Para otros, lo consideran mentir a los niños, lo que podría derivar en un sentimiento de traición. Y eso nos genera la duda, ¿es positivo creer en los reyes magos?
La navidad y todo lo que le rodea, momentos en familia, regalos, villancicos, la llegada de los Reyes Magos…Forma parte de la tradición popular y pasa de generación en generación, perpetuando las costumbres de padres y familias. La llegada de sus mágicas majestades pone punto final a esta mágica época del año, haciendo felices a los pequeños y mayores de la casa.
Tradiciones e infancia
Suele ser algo común en la infancia de todos: escribir la carta a sus Majestades, limpiar los zapatos, dejarles un poco de leche y galletas para los camellos, ir a ver la cabalgata. Son momentos únicos de nuestra infancia que forman parte de la magia de la Navidad. Los que han vivido estos momentos generalmente quieren transmitírselos a sus hijos y compartir los mismos bonitos recuerdos y sentimientos.
Es una tradición que ayuda en el proceso de crecimiento y maduración de los más pequeños. Como un proceso normal de aprendizaje, descubrirá a su propio ritmo que los Reyes son los padres. La frustración o decepción es inevitable, pero no es dañina, pues al niño le está ayudando a madurar y a ir comprendiendo otras facetas de la vida y otros recursos que no tenía.
¿Cómo y cuándo decir la verdad a los hijos sobre los Reyes Magos?
Según los expertos, los niños son capaces de pensar de manera abstracta a partir de los 7 años y, por lo tanto, la edad en la que pueden entender mejor que los Reyes no son reales ronda de los 7 a 11 años, que es en realidad cuando la mayoría de ellos lo descubren por sí mismos o se entera por sus padres.
Hasta el momento, ningún estudio psicológico ha indicado que los niños padezcan secuelas o guarden rencor a los padres, por haberles ocultado la verdad tanto tiempo.
No obstante, no hay una “mejor” edad para que tus hijos descubran la verdad detrás de esta bonita y fantasiosa ilusión que la sociedad hemos creado. Por ello, lo mejor es tomarlo como algo natural, evitando las mentiras y actuando de maneral normal ante las sospechas, preguntas o incluso certezas que puedan formular los más pequeños de la casa.
Desde Proyecto 3 Psicólogos os dejamos unos útiles consejos para evitar conflictos y enfados de los niños:
- Si un día tu hijo o hija te pregunta sobre le tema por qué ha oído o sospecha algo, no le mientas. Pregúntale qué cree o qué le han contado y así sabrás hasta dónde llegan sus sospechas y podrás responderle con la verdad.
- Puede que lo tenga muy claro, si es así, puedes explicarle que es una tradición, que se hace para mostrar valores como el amor, la bondad, la generosidad. Y que no tiene por qué desaparecer ahora que lo sabe y más si hay más niños pequeños en la casa.
- Si se enfada, acepta su opinión y su sentimiento, no se lo niegues, y permítele que se exprese y pregunte. Luego podéis explicadle que lo último que queríais era mentirle y hacerle enfadar, y que todo responde a un juego, a una leyenda, a una tradición.
En definitiva, solo tú y tu familia tenéis derecho a decidir cómo queréis que vuestros hijos vivan la Navidad, y no tiene por qué ser de la forma tradicional. Como siempre, en la educación no hay recetas, depende de la elección y el criterio de cada uno. Lo que es importante para un niño no es sólo creer o no en los Reyes Magos sino qué valores acompañan a esta figura. Cuál es el mensaje que le transmiten sus padres y qué representa para ellos esta referencia navideña.