La necesidad de afecto básica que todo ser humano necesita se convertirá en dependencia emocional cuando las conductas que desplegamos para satisfacerla sean patológicas y desproporcionadas. Las fortalezas y la autoestima actúan como un factor de protección frente a la dependencia emocional.
¿Qué es la dependencia emocional y cómo superarla?
Se define como dependencia emocional al patrón psicológico que se caracteriza por una conducta de subordinación sentimental o afectiva hacia otra persona con la que se mantiene una relación. Para estas personas, los sentimientos de bienestar y autoestima dependen de otras, tienen una adicción hacia ellas que les priva de su libertad y de tomar sus propias decisiones.
La dependencia emocional sucede cuando una persona está convencida de que necesita a alguien más para ser feliz, sentirse realizado o completo. Afecta a millones de personas, y se puede manifestar en cualquier tipo de relación (de pareja, de amistad o familiar).
¿Qué características tiene una persona con dependencia emocional?
- Necesidad constante de la otra persona.
- Comportamientos sumisos.
- Baja autoestima.
- Inseguridad, necesidad de valoración externa.
- Miedo a la soledad.
Causas de la dependencia emocional
La dependencia emocional está alimentada por la falta de autoestima y por aquellas inseguridades personales que alimentan la desconfianza, el miedo y la incertidumbre. Debido a todo ello, la necesidad de buscar seguridad y control aumenta de forma exponencial.
En el interior de una persona con dependencia afectiva existe un nivel de sufrimiento sumamente alto, porque quien la padece llega a pensar que es incapaz de vivir sin esa persona.
Consejos para superar la dependencia emocional
1. Reconocer que existe un problema
Una de las cosas más complicadas de hacer cuando alguien se encuentra en esta situación es hacer una reflexión profunda sobre lo que está ocurriendo. Es más fácil mirar para otro lado o culpar a otras personas que mirar para adentro y reconocer que tenemos un problema.
Tomarse un tiempo para la autoobservación y reconocer de forma sincera que hay un problema es el principio para poder dar un paso al frente y acabar con la dependencia emocional.
2. No tener miedo a la incertidumbre
Y es que, muchas veces, es el miedo a estar solos lo que nos hace volver y volver a esa relación tóxica que nos causa tanto dolor y sufrimiento. Cuando sentimos que el futuro solos es incierto, preferimos quedarnos ahí, en el lugar que ya conocemos. Por tanto, es necesario salir de la la zona de confort y adoptar una actitud positiva frente al cambio.
3. Aprendre a decir “no”
Aprender a ser asertivo es esencial para gozar del equilibrio emocional necesario para disfrutar de un mayor bienestar. Ser asertivo significa decir lo que uno piensa respetando a la otra persona con la que interactúa. Es decir, se trata de respetar a la otra parte, pero también significa respetarse a uno mismo. Aprender a decir “no” es imprescindible para recuperar la autonomía emocional.
4. Trabajar en uno mismo
El principal problema de las personas que son emocionalmente dependientes es que están demasiado pendientes de la otra persona y se olvidan de quién son. Uno debe perseguir sus metas, tener sus aficiones y trabajar en crecer cada día un poco como ser humano, en otras palabras, autorrealizarse. Para dejar de ser una persona emocionalmente dependiente, una de las claves es luchar por el propio desarrollo personal.
5. Reforzar tu autoestima
Trabajar en uno mismo es el primer paso para reforzar la propia autoestima, que, como ya se ha dicho, es una de las principales causas por las que un individuo se encuentra en esta situación. Además, cuanto más tiempo se esté en esta relación tóxica, más se sufre las consecuencias en lo relativo a la autoestima.
Proyecto3 Psicólogos
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