Consideramos la tartamudez o disfemia un trastorno en el que confluyen causas de origen psicológico, biológico y social.
El tartamudeo suele aparecer, en general, entre los dos y siete años. En algunos casos, los problemas en el habla del niño desaparecen de forma espontánea tras haber estado presentes unos meses. Sin embargo, en uno de cada cinco caso, el problema persiste volviéndose crónico.
Es entonces cuando muchos niños, al sentir que se les evalúa socialmente, comienzan a desarrollar mecanismos para evitarlo, sufren de ansiedad, y generan hábitos incorrectos al hablar.
Por todas estas razones, recomendamos acudir lo antes posible a un especialista en el tratamiento de la disfemia que podrá evaluar de forma correcta el problema y la solución a aplicar con el niño.